Moradas marcadas y ciegas que intento comer el menor dolor posible y me rugen los brazos cuando trato de aferrarme a la verticalidad y hacerme la valiente
A mi que se me enreda el pelo cuando duermo cuando suelto esporas cuando araño los cristales de mi casa
Yo que me como con los ojos los cristales de mi casa porque aspiro a su simplicidad y transparencia
Yo que me excito en las librerías y soplo en el recipiente de tu cuerpo por terror a las quemaduras especiales del afecto pero sin embargo meto fuego al cielo nocturno de mi boca por impaciente
Por impaciente
Por la cuchara, yo que sería una cuchara torcida ebria y hecha beso
Yo que dibujo hogares y ya no veo otra cosa que hogares y ausencias y el vuelo de un mirlo humedeciendo el aire
Yo que opino que la publicidad es el cáncer auditivo de la contemporaneidad
Que la publicidad es cómo beber lejía
Que el volumen de los anuncios es proporcional a tu lucidez
Yo, que mientras tú te dejabas querer miraba con inefable tristeza los días en los que nos caíamos de las escaleras
Nos partíamos la boca
Yo ya no siento la gravedad de la que los medios hablan
Si tienes miedo
Te tienes miedo
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