Ya no hago nada
Solo te escucho tesoro
Con el frío de Sevilla te escucho
Junto a los faroles que gritan calor te escucho
Es rotundo oirte
Como huele la floristería de la esquina
Ahí se queda y pasea conmigo
Con tu sonido enfermizo y adictivo
Saca lo mas tuyo de mi pulmón
Maldita pangea indigesta
Si supieras lo que me dan tus sonidos me enseñarías las encias
Te escucho abrirme y cerrarme
Preciada quietud de las cuestas y el centeno cuando burbujeas y se que existes.
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