lunes, 24 de noviembre de 2014

Tenia la barriga como un iglu
Hinchada y fría
Dormía conmigo los jueves
Hecho fragmentos bebía colacao como si no quedara mañana
Ronroneaba cuando me movía
No me decepcionó jamás.

Cuando empezó a hacer piruetas verbales me dejaba llevar
Como sopaba el humo sin pensarme

Y yo le creía dueño del universo y de las estalactitas que acicalaban el cuarto
Cada día más grandes y superficiales.

Hasta que un día me mordió los talones para que no me moviera del colchón,
Y desde entonces aquí sigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario