martes, 7 de abril de 2015

Con la fatiga en la mochila 
Saturno me llevaba a casa
Y de la mano
(Ojalá de la mano)
Maldecía hasta los escalones de la calle
Acompañado de las bestias, los sacos de cariño
Me hacía llorar, (porque podía)
Me mordía los órganos sin nombre
Me fusilaba a las dos de la tarde y a golpe de cuerdas vocales me resucitaba al día siguiente 
Saturno me devora
Sin estar
Como una plaga de termitas en mis tripas
Saturno me devora
Al primer sol de cada día.

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