sábado, 4 de abril de 2015

Es ambiguo este desgaste que se traduce en mis costillas

Cuando las miro
Ciega
Cuajada de frutos silvestres y hojas con verborrea

El desgaste oxidado de nadar en la pulpa
Ordenando las estanterías
Siendo minuciosa y a la par cemento fresco

Escuchando al río y su canto
Comiendo monstruos y claveles
Rezándole al Cristo del Nunca Jamás

Me parecen tan poca cosa
El color ya no me sirve
Ya no lo quiero
Lineas tangentes a mi torso
Como garras de un reino dormido

Se acumula este desgaste infectado de conocimiento sobre la ignorancia del cielo y el trinar de los árboles

Todo esto sin contar que tengo varios libros desde hace un año de la biblioteca que no he devuelto

Ya nunca más podré sacar un libro de allí
Y eso me jode más que la transparencia de mis huesos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario